2012: Número repetido

¿Cuántas veces hemos visto el mundo destruirse ante nuestros ojos por obra y gracia de desastres naturales o de ataques alienígenas? Han sido tantas que el legado de estas obras conforma el subgénero de las “películas de desastre”. La más reciente versión del fin del mundo se llama 2012 y arrastra consigo todos los clichés que hemos visto una y otra vez en cintas similares.

Los mayas predijeron que el 21 de diciembre de 2012 sería el final de una era y la tierra sufriría importantes modificaciones. La película lleva esta predicción a extremos fatalistas para mostrarnos una destrucción total del planeta, producida por terremotos e inundaciones.

Por supuesto, tienen que haber los estereotipos de rigor como el padre de familia común y corriente que se convierte en héroe… mejor dicho, en mesías. Y además, mientras salva al mundo, nuestro protagonista Jackson Curtis (John Cusack) se da tiempo para intentar reconciliarse con su familia, tal como hicieron los respectivos héroes de El día después de mañana y La guerra de los mundos.

Otro cliché bastante común en este tipo de películas es el presidente de Estados Unidos con vocación de mártir y profeta. En este caso, Danny Glover interpreta a un presidente negro (para estar a tono con los tiempos) que da conmovedores discursos de moral y de sacrificio mientras se inmola en nombre de su nación. Por supuesto, mientras los protagonistas estadounidenses son los hérores que salvan al mundo y son inmunes a la catástrofe, los personajes secundarios rusos son viciosos y antipáticos, y por tanto no tienen el mismo derecho a sobrevivir.

Al margen de los estereotipos y de un guión tan absurdo y predecible que termina siendo el mayor desastre de la película, vale la pena destacar los impactantes efectos visuales. La destrucción de la ciudad de Los Angeles, del Parque Yellowstone o la Capilla Sixtina, por citar sólo algunos ejemplos, conforman un gran espectáculo.

Por lo demás, quedan para el salón de la vergüenza escenas infames como la de John Cusack gritando desesperado “¡Donaaa!” cuando un donut gigante se interpone en su camino en la carretera. No sabemos si ese accidente estaba escrito en las predicciones de los mayas, pero de seguro en el año 2012 será divertido comprobar que el mundo sigue girando sin que los donuts nos caigan encima y que los guionistas de Hollywood siguen reciclando los clichés de estas cintas al mismo tiempo que los técnicos de efectos visuales ponen el ojo sobre nuevos monumentos apeteciblemente destructibles.

Título original: 2012
País y Año: Estados Unidos 2009
Director: Roland Emmerich
Actores: John Cusack, Amanda Peet, Chiwetel Ejiofor, Thandie Newton, Woody Harrelson, Danny Glover, entre otros.
Calificación: **

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