Abrir ojos y oídos I

La muestra de películas latinoamericanas exhibidas en la competencia oficial del XVI Festival de Cine de Lima se vio marcada por el contraste entre la inocencia y el  erotismo. También se dieron cita otros residentes habituales de nuestro continente: el abandono, la carencia y la violencia.

Hubo propuestas variadas e interesantes, pero como ya es costumbre las representantes argentinas demostraron mayor nivel que las del resto de la región. Sin embargo, las verdaderas joyas del festival estuvieron en la muestra paralela “La vuelta al mundo en 8 días”, en la que destacaron obras maestras como Una separación, Another year y Le Havre, la cual comentaré en mi próximo post.
Argentina

Elefante Blanco
es la historia de dos sacerdotes, Julián (Ricardo Darín) y Nicolas (Jérémie Renier), quienes llevan a cabo una arriesgada labor social en una zona paupérrima de Buenos Aires. Sus buenas intenciones entran en conflicto con los intereses de la Iglesia y la policía.
Al igual que en sus dos cintas anteriores, Leonera y Carancho, el director Pablo Trapero demuestra en esta película su propósito de hacer un cine comprometido, al denunciar la corrupción de distintas instituciones y señalar las injusticias que agobian a personajes marginales. Lo hace valiéndose de una narrativa ágil y vibrante, filmando impresionantes planos-secuencia que demuestran su capacidad de involucrar al espectador en cada detalle. Ricardo Darín está magnífico como siempre, pero mejor aún está el actor belga Jéremie Renier. Calificación: ****.

Abrir puertas y ventanas
es un retrato familiar desencajado. En la casa de la abuela recientemente fallecida, habitan tres hermanas: Marina, Sofía y Violeta, cuyas personalidades opuestas hacen de la convivencia una olla a presión.
Esta sugestiva película de Milagros Mumenthaler captura con éxito la compleja relación que se desarrolla entre las hermanas, quienes no pueden evitar que la competitividad y la intolerancia se interpongan entre ellas. El trío protagónico está estupendo en su representación del duelo y la necesidad de afecto, así como en el enorme poder expresivo de sus silencios. La calma siempre es una apariencia engañosa en esta casa, en la que se intentan tapar muchos vacíos. Calificación: *** ½.
Perú

Chicama
es una fábula sobre el aprendizaje. César (José Sopán) es un profesor recién graduado que desea enseñar en algún colegio de la costa, pero como no hay plazas allá, termina trabajando en una escuela rural, en la que tiene mucho por descubrir.
El director Omar Forero incorpora técnicas del documental y por eso, la película tiene un grado mayor de autenticidad y frescura, sobre todo en las escenas de los niños, cuya espontaneidad e ingenio fluyen con naturalidad. Además de exhibir la precariedad y abandono de las escuelas rurales, Chicama reflexiona sobre los caminos a veces inesperados de la realización personal. Con mucha justicia, obtuvo menciones de la crítica internacional, el jurado y el público, lo que demuestra que su encanto es universal. Calificación: *** ½.

Casa Dentro
cuenta la historia de Pilar, una anciana que vive con su perra Tuna y dos empleadas. Cuando llegan de visita su hija, su nieta y su bisnieta, la rutina de Pilar se ve alterada y la quietud de la casa se desvanece.
La cineasta Joanna Lombardi (hija del también director Francisco Lombardi) se propone mostrar las desilusiones y frustraciones que la maternidad puede provocar en mujeres de distintas edades. Sin embargo, los personajes de la madre anciana y la madre adulta están mejor trabajados que el de la de madre joven, quien incluso puede llegar a ser irritante. La veterana actriz Élide Brero tiene un rol memorable, cargado de melancolía y añoranza por un pasado extinto. Calificación: ***.
En el siguiente post, escribiré sobre las películas de México, Chile, Uruguay y Finlandia.

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